Debido a la enfermedad
contagiosa que padece su padre, Javier es enviado a Santander a pasar
el verano con la familia de su madre para evitar un posible contagio.
Allí convive, en una antigua mansión, con sus tíos y sus cuatro
hijas, Rosa, Margarita, Violeta y Azucena. Al principio Javier piensa
que el verano será muy aburrido y desea volver a casa, pero pronto
cambiará de opinión. Violeta le cuenta una antigua historia sobre
su familia, la familia Obregón.
En 1901 Beatriz Obregón iba a
casarse con un miembro de una familia muy rica, Santiago Mendoza, y
este, como señal de compromiso, le regaló a Beatriz un collar de
diamantes muy valioso llamado Las Lágrimas de Shiva. Pero en la
víspera del enlace, Beatriz desaparece y nadie vuelve a saber nada
de ella. La familia Mendoza piensa que se ha ido con el collar, así
que surge una enemistad entre los Mendoza y los Obregón que perdura
durante 80 años. Cuando Javier llega a casa de sus tíos, a Villa
Candelaria, empieza a sentir una presencia extraña. Violeta le
cuenta que es el fantasma de Beatriz que vaga por la casa. Los dos
pueden sentir a Beatriz en la casa, así que deciden investigar qué
fue lo que realmente le sucedió.
Tras muchas investigaciones,
descubren que Beatriz se había escapado el día antes de su boda con
un marinero, Simón Cienfuegos, y que nunca se llevó las Lágrimas
de Shiva. Una antigua doncella de Beatriz, que odiaba a los Obregón,
decidió quedarse con el collar cuando esta se marchó para vengarse
de ellos por lo mal que la habían tratado durante su servicio en
Villa Candelaria. De esta manera Javier y Violeta descubren que el
fantasma de Beatriz se les había manifestado porque quería que
descubrieran la verdad para poder descansar en paz, limpiar su nombre
y que la enemistad entre los Mendoza y los Obregón desapareciera
para siempre.
Gracias por tu trabajo, Jorge. Cuando puedas, estaría bien que intentases presentaciones más personales y creativas. Bibliotecaria
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